La villa de Bernedo está situada en un entorno natural privilegiado.
Fue fundada en 1182 por el monarca Sancho El Sabio de Navarra, y hoy todavía conserva las entradas a la antigua muralla. Sus alrededores albergan una enorme diversidad de paisajes y un sinfín de tesoros naturales y culturales.
La Iglesia románica de la Natividad de Nuestra Señora y la ermita de Santa Teresa son una muestra del arte sacro de la zona. La ermita de Okón, a sólo un kilómetro de Bernedo, te ofrece la posibilidad de disfrutar de uno de los más bellos paisajes de la zona y aprovechar su extensa campa, habilitada con merenderos, asadores y zona recreativa para niños.
Si lo que te gusta es el monte, no dudes en hacer una escapa a San Tirso. Esta cima, a la que se accede desde Okón, nos ofrece unas vistas espectaculares de la Rioja Alavesa por un lado y de la Montaña Alavesa por el otro. En este enclave también encontramos Peña Alta, cima a la que se accede por el puerto de Herrera, y que cuenta con algunos de los paisajes más bellos de la zona.
Bernedo ofrece una escapada ideal para la gente amante de la montaña, de los paseos por los bosques de robles y hayas. Por aquí pasa el histórico camino GR-38 “Ruta del vino y el pescado”. Asimismo, la Ruta de los Caleros y la Carbonera ofrece un agradable paseo a través de los vestigios de los numerosos caleros que se encontraban en la zona. También pasa muy cerca de Bernedo el Camino Ignaciano, la ruta que Ignacio de Loyola recorrió el año 1522 desde Loyola hasta Manresa.
En la época estival, Bernedo cuenta con un complejo de piscinas exteriores. Esta instalaciones municipales están habilitadas con merenderos, asadores, bar… y todo lo necesario para pasar un día perfecto. Y están a 5 minutos a pie de Gaztelubidea.